Manteniendo el Petróleo bajo Yasuní

Peter Bunyard explica cómo la iniciativa de Yasuní establece un precedente para las naciones de la selva tropical.



   En contraste absoluto con los recientes acontecimientos terribles como consecuencia de la determinación del gobierno peruano para desarrollar sus reservas de petróleo en el corazón de la Amazonia - cuando unos 100 indígenas y sus partidarios podrían haber muerto en enfrentamientos con la policía y el ejército - el país vecino Ecuador se ha ofrecido para mantener el petróleo en la tierra a perpetuidad y así proteger sus bosques, la biodiversidad y los pueblos indígenas.



   La propuesta de Ecuador para 'evitar la extracción de petróleo' se centra en el Parque Nacional Yasuní, que cubre unas 928,000 hectáreas y cuenta con la extraordinaria biodiversidad, con una hectárea de bosque tropical albergan un promedio de 655 especies distintas del árboles y arbustos – un número mayor que el número total de especies de árboles nativos en todo Estados Unidos y Canadá. Mientras tanto, el Gobierno ecuatoriano continuará respetando el deseo de los pueblos indígenas a vivir en aislamiento en el parque.



   Cerca del 20 % de las reservas conocidas de petróleo recuperable de Ecuador se encuentran en el Parque Nacional Yasuní y, por lo tanto, el país está dispuesto a comprometerse a dejar 846 millones de barriles de petróleo pesado en el terreno. Y si, como es probable, se descubriera más petróleo, también estarían sujetos a la misma jurisdicción, impidiendo su explotación.

   De ser explotado los 846 millones de barriles de petróleo – una producción diaria de alrededor de 107.000 barriles durante trece años, seguida de una disminución de la producción en los próximos doce años – el consumo del mismo podría resultar una emisión de 407 millones de toneladas de dióxido de carbono.

A cambio de dejar intacto el petróleo, Ecuador ha propuesto la creación de un fondo de capital administrado por un fondo fiduciario internacional, con garantías en forma de Certificados de Garantía Yasuní que el petróleo seguirá estando bajo tierra para siempre. Ecuador está buscando que el fondo tenga un valor equivalente a por lo menos la mitad de los ingresos del país que recibiría si extrajeran el petróleo. El valor actual neto del petróleo, si se explota ascendería a unos 7.000 millones de dólares, que casualmente no está lejos del valor de las compensaciones de carbono como Reducciones Certificadas de Emisiones (RCE) que se derivarían de evitar las emisiones de gases de efecto invernadero.

   La iniciativa audaz y sin precedentes de Ecuador, si es respaldada por la comunidad internacional, iría mucho más allá que simplemente la prevención de las emisiones de gases de efecto invernadero a partir del consumo del petróleo. El fondo de capital permitiría a Ecuador cumplir sus objetivos:
  1. Proteger los parques nacionales y bosques nativos de más del 38% del territorio nacional.
  2. Llevar a cabo la reforestación y forestación de 1 millón de hectáreas.
  3. Sustituir las energías de combustibles fósiles por las renovables basadas en termo-generación de energía eléctrica.
  4. Invertir en la agenda social de los pueblos indígenas. 

Y por supuesto, la propuesta evitaría verter 407 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

La comunidad internacional a través de la conferencia COP15 de Naciones Unidas sobre el cambio climático que se celebrará en Copenhague en diciembre de este año, debe dar prioridad a este tipo de iniciativa innovadora – por el bien de todos.

   Peter Bunyard es editor de ciencia de Ecologist y autor de Extreme Weather, Floris Books, 2007.
www.resurgence.org
 
   Desde este Blog mi enhorabuena al gobierno de Ecuador y a toda su gente, como bien dice el artículo extraordinaria iniciativa y sin precedentes, una pena que el gobierno peruano no hiciera lo mismo.

   Pienso que este hecho es de agradecer por todo el mundo puesto que es una iniciativa que nos favorece a todos no solo al maravilloso Parque Nacional Yasuní y a su población sino a todos y cada uno de nosotros, ejemplo que deberían seguir todos los gobiernos del mundo, incomprensiblemente algunos no se dan cuenta todavía que exterminando nuestros Parques, Bosques, Selvas etc., nos estamos matando a nosotros mismos, ni que decir tiene, la fauna, flora y nuestro aire, contribuyendo de esa forma al efecto invernadero y en consecuencia a un prematuro cambio climático.
Esperemos que esta noticia sea otra de las “señales” por la que nuestra esperanza del cambio siga en vida, ¿verdad?...
Jorge1270