El árbol de los amigos.



Carta a un amigo

Has subido más peldaños que yo.

Ya no siento la dualidad y percibo que soy parte de TODO.

Que formo parte de la Fuente Divina. Bueno, eso mi alma siempre lo ha sabido. Eternamente he sentido, que esta vida no es real. 

Que mi función era la de ayudar, por dar a conocer eso que dentro de mi, me decía que nada era real. Por entender, por escudriñar, por saber... Sé que en mi interior siempre he sentido que yo no era, sino que era algo superior, algo mucho más grande que lo que mostraba mi espejo.

He respetado, he amado, he sido bondadosa. He errado muchas veces porque el agua brava de la 3 d me llevaba y no tenía resortes que me ayudaran. No tenía nada sólido donde agarrarme. O a lo que me agarraba era superficial e inestable... Ahora reconozco en que paso estoy.


¡¡¡ Vuelo, ya vuelo, vuelos bajitos y seguros, pero vuelo, lo siento. !!!


Maia era la crisálida que estaba dentro del capullo a punto de transformarse, tuve que ENFRENTARME mis miedos, inseguridades, enfrentarme a lo que creía que era yo y a la sociedad entera, para renacer como María.

 ¡¡¡ María es hermosa, es divina, es una maravilla.....estoy feliz por saber que SOY YO, semillita divina creando mi experiencia con toda la fuerza del poder absoluto que me da la energía que atrapo de la Fuente Divina que Soy. Me encomiendo a Ella, aunque ella SOY YO, SOMOS TODOS Y TODOS SOMOS UNO!!!. Eso lo siento, si bien, me faltan aleteos. 

Soy como los pajarillos que te conté... apreciando el vuelo,más sabiendo que cualquier ráfaga de aire me puede desequilibrar. Aunque no dudo que cuando suba y prospere y agarre fuerzas seré salvajemente LIBRE, TREMENDAMENTE MARAVILLOSA...  SERÉ PERFECTA.

María.


RESPUESTA



Te lo diría con mis palabras, pero recordé éstas - Juan salvador gaviota se ha "encontrado" y vuelve a ayudar a otras gaviotas y aquí una conversación que mantiene con Pedro Gaviota:

-Juan, ¿te acuerdas de lo que dijiste hace mucho tiempo acerca de amar lo suficiente a la Bandada como para volver a ella y ayudarla a aprender?

-Claro.

-No comprendo cómo te las arreglas para amar a una turba de pájaros que acaba de intentar matarte.

-¡Vamos, Pedro, no es eso lo que tú amas! Por cierto que no se debe amar el odio y el mal. Tienes que practicar y llegar a ver a la verdadera gaviota, ver el bien que hay en cada una, y ayudarlas a que lo vean en sí mismas. Eso es lo que quiero decir por amar. Es divertido, cuando le aprendes el truco. Recuerdo, por ejemplo, a cierto orgulloso pájaro, un tal Pedro Pablo Gaviota. Exilado reciente, listo para luchar hasta la muerte contra la Bandada, empezaba ya a construirse su propio y amargo infierno en los Lejanos Acantilados. Sin embargo, aquí lo tenemos ahora, construyendo su propio cielo, y guiando a toda la Bandada en la misma dirección.

Pedro miró a su instructor, y por un momento hubo miedo en sus ojos.

-¿Yo, guiando? ¿Qué quieres decir: yo guiando? Tú eres el instructor aquí. ¡Tú no puedes marcharte!

-¿Ah, no? ¿No piensas que hay acaso otras Bandadas, otros Pedros, que necesitan más a un instructor que ésta, que ya va camino de la luz?

-¿Yo? Juan, soy una simple gaviota, y tú eres...

-¿...el único Hijo de la Gran Gaviota, supongo? -Juan suspiró y miró hacia el mar-. Ya no me necesitas. Lo que necesitas es seguir encontrándote a ti mismo, un poco más cada día; a ese verdadero e ilimitado Pedro Gaviota. El es tu instructor. Tienes que comprenderle, y ponerlo en práctica.

De Juan Salvador Gaviota...

Un abrazo de....... una simple gaviota.




El árbol de los amigos


Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.



Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar y hay otras que apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.


Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papa y nuestra amiga mama, que nos muestran lo que es la vida. Después vienen los amigos
hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros y luego pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.


Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma y del corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz y lo que necesitamos sin que se lo pidamos.
A veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces nos hemos enamorado y tenemos un amigo enamorado. Ese amigo da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a
nuestros pies.


Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.


También hay amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra y aunque no los vemos seguido están siempre cerca en nuestro
corazón.


El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestras
vidas.


Cada persona que pasa en nuestra vida es única y siempre, siempre, deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor y salud, hoy y siempre.

Sin embargo, habrá también los que se llevarán mucho y, habrá de los que no nos dejaran casi nada. Esta es la situación en la que se comprueba que dos almas no se encuentran por casualidad.





Agradezco a todos mis amigos su compañía, su alegría, su respeto, su implicación, su entrega... soy afortunada por tenerlos....Me haceis crecer enormemente. GRACIAS. Besos, abrazos, ....Cada uno de vosotros sabeis...ya que en alguna ocasión os he dicho que: os quiero, que os amo y siempre que lo digo es sincero, sale de mi corazón.

Aunque ahora es tiempo de HERMANDAD y todos hemos de conseguir sentir: sentimientos todavía más hermosos que los que yo siento por mis amigos, ya que ahora SOMOS HERMANOS.

SOMOS UNO.

María